viernes, 14 de agosto de 2009

LIBERTADOR DE MI PATRIA


Una nueva conmemoración patriótica asoma en nuestros días. Y es nada más y nada menos que la de la muerte de nuestro General Libertador, Don José de San Martín. Aquel que dijo que “el verdadero patriotismo consiste en hacer sacrificios”, y pagó sus memorables palabras con el hecho más triste: murió solo y olvidado. Tremendo sacrificio para aquel soldado que, cubierto por la gloria de su espada y los ideales que incluso luego lo traicionaron, ha dado su vida y se ha entregado a la lucha como un sabio guerrero. Cuando las ideas son lo suficientemente fuertes, erradican el miedo del alma, la pulsión de muerte provoca cosquillas en aquel hombre que se lanza a lo incierto por sostener, y proteger esos ideales metidos en lo más profundo de su osamenta.
Y podemos decir hoy que esos ideales san martinianos no se resumían en el lema tan europeizado como liberal de la revolución francesa, aquellos que pedían libertad, igualdad y fraternidad. Hoy debemos asegurar que cuestiones como la Unión Latinoamericana, el rechazo al imperialismo y la igualdad “a raja tabla” de todos los habitantes del fértil territorio latinoamericano eran cuestiones centrales en el pensamiento del Libertador.
Aquel hombre que entra en la historia decidido, y motorizado por sus ideales, es un hombre que lucha y no se estanca, y es por esa lucha que hoy, nosotros los contemporáneos, los argentinos del siglo XXI tenemos la obligación moral de rendir homenaje a un Grande de La Patria, a quien soñó con la Patria Grande, al hombre que estuvo dispuesto en cada paso, en cada batalla, a dar la vida por nuestro presente, por lo que él imagino como futuro. General Don José de San Martín, vaya desde este rincón platense, un humilde pero cálido homenaje a su memoria; que solo se apagará cuando los sueños y las ideas dejen de motivar y estanquen la lucha que los argentinos de hoy hacemos a diario.

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