domingo, 16 de mayo de 2010

Populismos. Segunda Entrega





Contexto histórico previo.


La Argentina previa al ascenso del peronismo, estructuralmente iniciaba un proceso de sustitución de importaciones que generaba una nueva masa crítica (a partir de las olas inmigratorias de los ´30 y de las migraciones interna nacidas de este cambio) disponible en las grandes ciudades del país. Políticamente, y gracias también a una fragmentación histórica del movimiento obrero organizado en Argentina, esta nueva masa sumada a la que ya existía no encontraba afluentes capaces de canalizar sus necesidades y reclamos. Sumado todo a un contexto normativo crecido de un sistema político liberal-burgués tormentoso para cualquier intento de rebelión o cuestionamiento al Status Quo (Ley de residencia, movimiento obrero organizado sin el reconocimiento legal del Estado, sin mencionar a una policía especialmente capacitada para disolver huelgas).
Un Coronel, profesor de la escuela militar integrante de un nuevo golpe de estado (demasiado comunes en la época) protagonizado por una nueva tendencia dentro de las Fuerzas Armadas (de corte no solo nacionalista, sino proteccionistas desde el punto de vista económico y con una fuerte propensión a la industrialización sobre todo pesada, que se cree necesaria para la carrera armamentista de un cuerpo militar desarrollado), adopta una nueva posición frente a las nuevas necesidades que planteaba una nueva Argentina. Escucha a las organizaciones obreras, recorre los hoteles de inmigrantes, los conventillos donde se hacinaban familias enteras, los problemas laborales en las incipientes (y no tan) fabricas y automáticamente se elabora sobre él una imagen política completamente diferente a lo que por entonces se entendía y se veía en banal política Argentina.


17 de Octubre


Conocido luego como el día de la Lealtad peronista, esta fecha tiene una significación muy especial: una reacción espontanea, masiva, ante el reconocimiento de una dominación súper estructural que atrapaba a la única imagen que había hecho algo por ella, a la imagen de Perón. Juzgada por espontanea, o a veces, por todo lo contrario, al 17 se lo intento siempre disminuir o relativizar en su importancia histórica. En todo caso, si fue espontaneo no deja dudas de que se trato de una movilización autentica de las masas despojadas, las únicas capaces de generar un cambio en estructuras tan rígidas; además el mismo Lenin halagaba la espontaneidad de las masas. Pero si fue organizado o planificado con antelación, también se constituiría el hecho como algo positivo: la clase obrera se organiza, se moviliza, y pide por la liberación de la única persona que hasta el momento hizo algo por ellas: (nuevamente) Perón.
Es claro que a los ojos de marxistas de la más pura estirpe quizás el origen del peronismo no haya sido lo mejor para la creación de un movimiento de masas organizado para la toma del poder; seguro que hasta para los pensadores más progresistas el ascenso de un militar de ideas muy limítrofes con el antiliberalismo no debiera ser la mejor opción política; ni el 17 de Octubre de 1945 constituyó en su esencia un foco de liberación –por lo menos organizado como tal- , con lo cual los mas Guevaristas mirarían con recelo a este hecho fundamental; sin embargo lo que importa es que ocurrió, aconteció, y fueron miles de miles de personas que desde los suburbios más inhóspitos recorrieron todas las calles, cruzaron sobre el rio porque no daban a basto los puentes, llegaron a la plaza central, se lavaron los “pieces” en las fuentes y esperaron a que se les restituyera algo que les había sido arrebatado.


El hecho maldito del país Burgués.



Hay en el primer peronismo, un acontecer político fundamental: la reforma Constitucional del ´49. Qué reformaba esa Constituyente?
Incorporaba en un texto ya demasiado rígido, demasiado liberal, el pleno reconocimiento de los derechos Sociales, los derechos colectivos. Un nuevo paradigma se aferraba a la carta magna, la igualdad de condiciones, o también conocida como igualdad de oportunidades. Sin lugar a dudas que es usufructuoso gozar del derecho de libre expresión, o del derecho de propiedad privada, pero si antes se tiene hambre, frio, de calidad de vida desastrosa, difícil es que se ponga atención sin la resolución de estas urgencias. Y sin embargo no se rebatieron los derechos civiles, solo se puso prioridad sobre una necesidad que había que aplacar.
Durante el primer peronismo (llamo al primer peronismo al periodo que abarca los años 1946-1955, un corte meramente autoritario) no se suprimieron los otros poderes que contrapeaban al ejecutivo, es mas, desde el poder legislativo se impulsaron las principales leyes que vieron el cambio en la historia normativa de un país burgués. Por ejemplo, el voto femenino, ley de entidades gremiales, incluso el mismo plan quinquenal fue presentado como proyecto de ley.
En su esencia, el Peronismo es un movimiento puramente democrático; y lo es porque saca a la luz del espectro político (hasta entonces elitista) a las masas que, desde la creación del Estado Argentino en el siglo XIX, habían sido despojadas de todo tipo de participación. Habían sido reprimidas, perseguidas, exiliadas a la fuerzas. Y ese es en fin el origen de los populismos en Latinoamérica, reflejan necesidades insatisfechas por una estructura política históricamente elitista y con características cuasi feudales. Más autoritarios eran los regímenes liberales de la ley de Residencia o la prisión del fin del mundo. Por eso la plena autodeterminación de los pueblos está dada por su propia elección, la real que se constituye en su alternativa capaz de representar su interés. Si utilizamos uno de los términos esbozado por el gran Ernesto Laclau, una de las precondiciones por las cuales surge un movimiento populista es a partir de la lógica de la equivalencia. Este concepto describe que cuando, en un determinado momento, se encuentran despojadas necesidades provenientes de diferentes sectores sociales, estas entran en una situación de igualdad y se canalizan a partir de una determinada identidad que las une. Sin embargo, desde este punto de vista, los liderazgos conservadores en la región (a veces conocidos también como populismos), como por ejemplo el Menemismo, no entrarían dentro de la definición aquí descrita de los Populismos en Latinoamérica. Básicamente porque no simbolizan ni canalizan necesidades, sino también porque no representan ningún cambio en el estado de cosas dadas.
La cuestión del nacionalismo es en este sentido central. Dentro de los populismos funciona como un mecanismo simbológico que ancla a los más diversos sectores, produciendo cuando menos una articulación forzada de clases. Sin embargo, las más vastas agrupaciones sociales, se unen y concentran en un punto su fuerza. Esta es la principal dinámica de los populismos en nuestro continente. Un continente signado por la colonización, dependencia y las terribles manos de los distintos imperios de los últimos siglos capitalistas.


Una conclusión.


Creo que es provechoso hacer las comparaciones pertinentes de, por un lado solo algunos de los fenómenos populistas en nuestro “continente”, y por otro los totalitarismos mas violentos de Europa, con que generalmente la derecha –miedosa- refleja a nuestro fenómenos políticos. Y es pertinente porque la correcta comparación, objetiva, dilapida la torre de naipes construida sistemáticamente por los sectores más rígidos y conservadores de las sociedades latinoamericana, sin lugar a dudas los conservadores del estatus quo. Solo a modo de conclusión cabe recordar, por ejemplo, tan solo como han terminado estos fenómenos en la política –si es que terminan-, violentamente aplastados por reacciones autoritarias. Sin huir tan lejos en el tiempo, bravos son los ejemplos con los que sistemáticamente se ha estado buscando desestabilizar y derribar las presidencias de Evo Morales en Bolivia, y/o Hugo Chávez en Venezuela. Populismos, más que un fenómeno, nuestra revolución, nuestro cambio.

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